Recientemente falleció el Doctor Mariano Durand, y volvieron a mi mente los encuentros, recuerdos, palabras, gestos y anécdotas que muchos pudimos vivir y compartir. Nos conocimos en el año 1987, cuando me hice cargo del Registro Nro. 8 de la ciudad de Córdoba, manteniendo una relación hasta aún luego de que dejara su cargo. En mi caso, como otros colegas, fuimos protagonistas de los distintos cambios que se iban a gestar en el sistema registral del automotor, una concepción distinta, original a lo que se estaba realizando.
En síntesis, fue desarrollar el sistema registral del automotor que es un servicio público, pero de gestión privada.
Si bien estas características el sistema las tuvo desde su inicio, se procuró darle otro perfil, más calificado, moderno y eficiente. Para ello hubo que formar equipos de trabajo en la Dirección Nacional, generar herramientas financieras, diseñar procedimientos administrativos para el control de los fondos públicos por parte de los Registros Seccionales, desplegar un nuevo Régimen Jurídico del Automotor.
Hubo que desarrollar planes y un proyecto. Los planes son aquellos que tienen un comienzo, desarrollo y un final. El proyecto es semejante, pero a diferencia del anterior, lo pueden continuar otros.
Entre los primeros, hubo que explicar y convencer a diputados y senadores para la sanción de las leyes de los entes cooperadores como sistema de cooperación técnica y financiera entre determinados organismos y la Dirección Nacional; la percepción de los aranceles en la sede de los Registros Seccionales, dejando de lado el engorroso método de pago de los mismos en el Banco Nación; los convenios de cooperación de servicios con provincias y municipios para la gestión integral en la percepción de impuestos de sellos, patentes, multas e infracciones; el diseño de una plataforma jurídica, a título de ejemplos, el Decreto 335/88, el 644/89, el Digesto Normas Técnico- Registrales; la concepción respecto a que los Registros de todas las competencias sean los protagonistas y figuras principales del sistema que deben estar remunerados, atento a las responsabilidades y funciones que se les han confiado; la puesta en producción del sistema informático Infoauto; las auditorías como procesos de verificación de las obligaciones a cargo de los Registros Seccionales. El Dr. Durand fomentó el diálogo con todos los actores del sistema, como AAERPA, ACARA, Cámara de Comercio del Automotor, ADEFA, colegios profesionales y federaciones de abogados, escribanos, contadores, de gestores y mandatarios, para nombrar algunos.
Hoy, en nuestra labor diaria y que ya lo tenemos tan internalizado, como asesorar a los usuarios con relación al trámite que es de su interés; el cobro de los aranceles, algunos de valor fijo relacionado con la prestación de determinados trámites, otros de valores variables de contenido patrimonial vinculados con el valor económico del bien a registrar; percibir impuestos, infracciones, multas y depositárselos a cada organismo; completar formularios; adquirir los insumos registrales a los entes cooperadores, como títulos, cédulas, solicitudes tipo, placas metálicas, fue el proyecto de una idea de años atrás y que está presente, el de la ventanilla única: todo aquello que tenga que ver con el mundo registral del automotor, puede ser gestionado eficientemente por los Registros de toda la república.
Ese es el proyecto, el legado del escribano Mariano Durand y su equipo que lo acompañó que, como un director de orquesta, procuró que todos toquemos la misma música, ya que, si esto no ocurre, el que no toca música, hace ruido.